martes, 9 de junio de 2015

EFECTOS DE LOS DESATINOS DE LA PAREJA PRESIDENCIAL

Es posible que la maraña jurídica y la presión desde el gobierno al Poder Judicial hagan que la investigación por la irregular procedencia del dinero que gasta Nadine Heredia Alarcón quede en nada. Pero el descredito y la falta de ética, por lo menos, del gobierno y la pareja presidencial seguirá en aumento. Antes quedó en evidencia que la gran transformación social, propuesta por Ollanta Humala a su electores, fue una estafa. Ahora se comprueba que la conducta de los principales líderes del partido gobernante es tan igual de hipócrita, mentirosa y demagógica que la de los políticos tradicionales.
Sabemos que hay partidos políticos que tienen a sus principales cuadros políticos rentados, sobre todo cuando éstos se dedican por completo a la actividad partidaria y tienen que compensar sus ingresos familiares. Pero el caso del sueldo de 6 mil soles mensuales que percibiría del Partido Nacionalista su presidenta Nadine Heredia es patético. Denotaría un interés más por el dinero, los lujos y la frivolidad que por ciertos principios partidarios; más aún si en su condición de Primera dama dispone de comodidades y de un holgado tren de vida.

Si lo del sueldo no fuera cierto y solo una argucia para tratar de justificar sus gastos, con la ayuda de la SUNAT, cuya jefa es su prima Tania Lourdes Quispe Mansilla, el caso sería más grave aún. Recordemos el triste papel de instrumento político que ha tenido la SUNAT en el gobierno de Alberto Fujimori con el régimen del “RUC sensible”.
Además de la pérdida de credibilidad del gobierno, alentada por una figura presidencial sin liderazgo y sin convicción, ¿Cuáles serian las otras consecuencias?. Se ha hablado hasta de una posible vacancia presidencial, que bajo el argumento de incapacidad moral del Presidente, podría ser llevada al extremo en el juego político del Congreso de la República.
La otra consecuencia sería el debacle electoral que sufriría el Partido Nacionalista en las próximas elecciones presidenciales del 2016. Un candidato Daniel Urresti crucificado en medio de su verborrea, y unos cuantos parlamentarios del nacionalismo electos serían el resultado. Una pobre antesala política para una posible candidatura de Nadine Heredia en el 2021.
El otro perdedor con el pasivo político del actual gobierno sería la izquierda política peruana, por más que ahora critique a Ollanta Humala. El programa de gobierno, el discurso político y las promesas electorales de Ollanta en el 2010 son los mismos de la izquierda. En el gran imaginario popular y en gran parte de éste, que no necesariamente simpatiza con ninguna categoría política, hay la sensación latente de que el gobierno de la izquierda ha fracasado, aún cuando Ollanta Humala no haya aplicado sus postulados.
Percy Aquino Rodríguez