miércoles, 16 de marzo de 2016

CON KEIKO, O SIN KEIKO, EL FUJIMORISMO CAMINO A LA DERROTA

El rechazo al fujimorismo  aumentó, luego de la exclusión de Acuña y Guzmán de la contienda electoral, porque la ciudadanía percibe que Keiko podría quedar impune (una vez más) de la falta que ha cometido al entregar dádivas a los electores infringiendo la ley electoral.  ¿Cuál serían los escenarios, de por si cambiantes en estos días,  si el JNE excluye o no a la candidata?

Si Keiko cree que librándose del castigo del JNE el camino se le allana, se equivoca. Una eventual salvada por parte del organismo electoral, incrementará las manifestaciones al interior del país en contra del fujimorismo. Se trata de miles de miles de personas auto convocadas y con una enorme convicción, sin camiones, ni millones, que rechazan la forma vil de hacer política del fujimorismo.
Te regalo y votas por mí, sin importar la democracia porque no se come, ni las libertades civiles, ni la generación de empleo para salir de la pobreza porque el asistencialismo (disfrazado de conformismo por sacos de arroz o lentejas) reemplaza todos los conceptos de democracia. La gente  benefactora de este tipo de política difícilmente se va a movilizar con convicción y con sus propios medios para respaldar a Keiko si es excluida, salvo a cambio de dádivas y más dádivas, lo cual no es sostenible si no logra seguir como candidata.

Este descontento sería cosechado electoralmente, sobre todo, por Veronika Mendoza y por Alfredo Barnechea, dependiendo si los votantes se decidan más por el discurso de la izquierda, o por el   discurso del centro político. Estas categorías sociológicas son válidas para los políticos, pero no para la mayoría de electores, que decidirán, en gran parte, por el nivel de confianza y empatía que les inspiren estos candidatos.
El problema de PPK para  cosechar significativamente los votos de Keiko es que éstos en su mayoría son de los sectores D y E que le son  esquivos, y en donde el fujimorismo ha experimentado su descarnado populismo.  Alan García, por su parte, tendría que vencer el enorme anti voto que tiene para poder escalar.

Con Keiko en carrera electoral, o  fuera de ésta  su derrota es muy probable.  Si Keiko va a la segunda vuelta, su derrota no sería ajustada como lo fue frente a Ollanta Humala hace cinco años, pero conservaría una fuerza política importante en el Parlamento. La diferencia sería, que sin plancha presidencial en competencia el fujimorismo tendría una representación menor a la proyectada en el Congreso de la República, y menos posibilidades de conservar la impunidad.

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