jueves, 10 de marzo de 2016

PARA LLEGAR A DISPUTAR LA SEGUNDA VUELTA

Por ahora el retiro de Guzmán y Acuña, por decisión del JNE, favorece en la intención de los votos a Keiko, aunque con mayor proporción a Barnechea, Mendoza y PPK y en menor grado a García. Pero, este panorama  se modificará aún más en cuanto a preferencias del electorado y obliga a los candidatos  a variar estrategias de campaña. Lo que suceda en un mes hasta las elecciones del 10 de abril dependerá de varios factores.
La eventual salida del proceso electoral de Keiko sería poco probable pues su pedido de  exclusión ante el JNE  no sustenta que la entrega de dadivas a los electores por parte de ella y su  entorno se haya hecho después del 17 de enero, fecha desde que rige la ley N° 30414 que incorpora el artículo 42 a la Ley de Organizaciones Políticas, Ley N.° 28094, que sanciona a los candidatos por este hecho.
Salvo que el JNE  sostenga  que Factor K no es un colectivo autónomo al partido de Keiko, y que la entrega de dinero que hizo a través de la candidata es ilegal pues la norma dice que las  organizaciones políticas están prohibidas de  entregar dinero de manera directa o a través de terceros. El Sr. Miranda, fundador de factor K, es candidato al Congreso por Fuerza Popular.
Los votos que deja Acuña le pueden ser favorables a keiko, sobre todo de los  sectores socioeconómicos D y E (acostumbrados a la prédica populista de las dádivas y  donaciones). Mantenerse primera en las encuestas dependerá también de su capacidad de reacción ante las críticas de sus adversarios, y que tanto crezcan el candidato (a) con el que pueda disputar la segunda vuelta electoral, y el rechazo ciudadano frente a los pasivos del gobierno de su padre.
A PPK le es más difícil llegar a esos sectores. A pesar del  cambio en su propaganda, no puede despegarse del entorno de su plancha presidencial (Mercedez Araoz más parece una Miss para el gusto del Country Club) y de algunos de sus candidatos al Congreso, cuyos nombres parecen extraídos de directorios empresariales, y de otros que son jóvenes, pero desconocidos para la gran mayoría de electores. PPK tendrá que seguir confiando en explotar su figura de tecnócrata experimentado y de gringo acriollado.

Barrenechea y Mendoza  no tienen los recursos económicos para publicidad en medios masivos como  exhiben en estos días Keiko, PPK y García.  La fuerza de ellos debe seguir en el contacto directo con la gente, en la capacidad de   extender sus propuestas a la población, distintas en orientación económica a la que proponen los otros tres candidatos. Deben explotar el hecho de no tener denuncias de corrupción, ni problemas con la justicia. Hasta ahora están creciendo en Lima, necesitan hacerlo más en el interior del país.
¿Qué marcará la diferencia para que uno despegue más que el otro?. Hay por lo menos dos elementos que podrían explotar.
Uno es usado por Barnechea  y puede explotarlo aún más. Su candidatura parece sobria, con propuestas que   podrían considerarse de izquierda, pero él prefiere definirlas en el centro. No ideologiza su discurso. Es pragmático en el sentido de poner ejemplos de cómo la economía puede estar mejor al servicio de la gente. Pero, al mismo tiempo debe dejar atrás ese halito de gestor de gabinete, e intelectual. Tiene que mimetizarse, no solo cambiando de ropa, con el sentimiento popular.
El otro elemento a utilizar por Mendoza es el  potencial carismático que tiene por su juventud y belleza, y por la fuerza que pone al explicar algunas de sus propuestas. Pero, le tiene que quitar  el aliento ideológico a su discurso. No usaron ese recurso ni Fujimori al ganar su primer gobierno con su discurso del cambio, ni Toledo que obtuvo la presidencia liderando la oposición, ni Humala cuando se presentó y ganó como el candidato anti sistema.
A ningún candidato se le puede negar su ideología. Pero su exposición no es digerible en campaña, al contrario provoca desconcierto entre los electores y daría pie a más ataques de la derecha. Los electores prefieren propuestas concretas para su seguridad y economía, y  empleo, antes que escuchar referencias al conflicto entre  neoliberalismo y la economía social.

Barnechea y Mendoza no deberían discrepar entre ellos, porque el electorado es sensible y hasta volátil en sus decisiones. Sus objetivos   son ganar su pase a la segunda vuelta y derrotar a los candidatos del elenco  estable.
En cuanto a Alan García casi nada podría obtener de los votos de Guzmán (quizá  si de  Acuña), porque está apelando al voto conservador. El voto seguro a favor de quien ya gobernó, y que tiene experiencia y aunque hizo cosas malas, también hizo algunas obras.
El barro y las zancadillas que vienen en lo que resta de la campaña contra Barnechea y Mendoza  (atribuida por algunos a los operadores del Apra) ¿podrían  orientar algunos votos más para García?.  Sin embargo, los ataques de candidatos a sus rivales, más aún en los últimos tramos de campaña, pueden terminar favoreciendo a los atacados.


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